martes, 12 de octubre de 2010

SAN ADRIÁN DE SASABE

Un control de la Guardia Civil en la Torre de Fusileros cerca de Canfranc me impide ver la información sobre este punto geológico así que me decido a buscar una iglesia románica que aún no he podido ver. En la Oficina de Jaca me informa mi “guía” de que se puede acceder desde Aratorés pero que es mejor desviarse por Aísa, pero como no tengo todo el día me decido por lo primero.

Portada de la iglesia de Aratorés con crismón

Inscripción del año 901 procedente de la ermita de San Juan





Omnes domum martirum christianorum presentia hic fulget et limen sancti Ioannis apostoli introeritis pro sacerdote Samuele sibe omnipotentis eglesia in domino preces fundatisse omnes simus consortes in regiones biborum. Era DCCCCXXVIIII Santio fecit



 
 
En Aratorés un cartel muy completo me informa sobre su iglesia, y las inscripciones que la adornan. El pueblito, muy limpio y arreglado, parece desierto en este jueves de comenzos de octubre.




Siguiendo hacia el puerto paso la localidad de Borau un cartel me anuncia un sendero hacia San Adrián. Éste a pesar de ser una GR (convenientemente señalada con marcas blancas y rojas) consiste en una trocha pedregosa cubierta por la maleza en cuyas zarzas me engancho continuamente. Jesús, cuánto cuesta llegar a esta iglesia. Cuando veo que la senda asciende por una ladera soleada en exceso (son las 4 de la tarde) me vuelvo. ¿De verdad no se puede llegar de otro modo?. Pues sí, una carreterilla casi pista entre granjas me lleva finalmente a San Adrián. Otro cartel informativo muy completo desmiente la sensación que me embarga: la de haber vuelto al Pirineo de mi infancia, con sus carreteras estrechas y llenas de curvas, y sus paisajes todavía humanizados.




San Adrián se fundó en época visigoda pero después debió abandonarse. En 924 el territorio aragonés estaba controlado por la monarquía pamplonesa, y el obispado iruñés reorganizó el territorio instalando un "episcopus Sisabensis" en la persona de Ferriolo. La sede episcopal de Sasabe debía ser tan modesta como el condado en el que se ubicaba.



En 1050 Ramiro I la cedió a su hijo García, dotándola de bienes. En 1077 Sancho Ramírez funda Jaca como ciudad y traslada allí la sede episcopal; es el momento en que se termina de construir la actual iglesia pero poco después Sasabe entra en decadencia. Situado además entre dos barrancos fueron frecuentes las arroyadas y la iglesia terminó sepultada. Así me lo contó la hija del ingeniero que trabajó para desenterrar la iglesia y que casualmente trabaja ahora en el Oficina de Turismo de Jaca.


Capitel jaqués en portada oeste

El edificio muy limpio y restaurado, exhibe una portada muy sencilla con un capitel del estilo de los de la catedral de Jaca y otro irreconocible. El ábside se adorna con arquillos lombardos y canecillos muy sencillos con relieves de estilo muy sobrio (muy rural) que representan una margarita, y una mano que sostiene una cruz (símbolo según algunos de San Adrián), además de una cabecita sonriente que García Omedes sostiene que es símbolo de Sancio de Larrosa, pendolista de la catedral de Jaca que firmaba los documentos con este curiosísimo dibujo y que fue abad de esta iglesia en fechas similares a las de su consagración (1104).




















La entrada lateral con arco de medio punto tiene una rosca de ajedrezado jaqués. Se sitúa en lo que parece el sótano del cuerpo del edificio. La puerta, de madera, tiene una tabla rota. Después de pensar un poco el ridículo que pasaría si me vieran reptando por el hueco, me decido a entrar. El interior no es precisamente espectacular pero por unos momentos me siento como esos exploradores que descubrian tesoros artísticos perdidos en la noche de los tiempos. La simplicidad de la construcción esconde me parece, una historia más compleja de lo que aparenta.¿Es posible que el templo primigenio fuera arruinado por una de esas avalanchas que enronaron periódicamente el recinto?
Entrada lateral con rosca de ajedrezado


Además de la presencia física del edificio, la visita no trae sino preguntas, como los buenos viajes de descubrimiento. Aunque existe un panel junto a la iglesia, son más las dudas que las certezas. ¿Por qué pusieron San Adrián en un lugar tan poco conveniente? Es más ¿por qué siguieron reedificándolo tras las inundaciones? Me entero por el amigo García Omedes (que aporta una noticia con el "redescubrimiento" del lugar) de que el edificio se asentó sobre postes de madera que deben permanecer bajo el nivel freático para evitar la ruina. También habla sobre el capitel derecho de la portada principal y lo pone en relación con otros donde aparecen temas acuáticos.

La verdad es que es difícil ver algo pero esta interpretación del monumento es tremendamente sugerente. Nos habla de leyendas, ninfas de los bosques y una cultura precristiana que podría haber sobrevivido solapada junto los nuevos ritos oficiales.

A pesar de su modestia y lo inadecuado del emplazamiento San Adrián perduró durante un siglo y medio como sede episcopal. ¿Por que no se eligió San Pedro de Siresa como obispado? ¿Por su vinculación con el imperio carolingio? De esta época sobrevive una lápida muy sencilla junto a la entrada lateral donde se anunca que allí fueron enterrados tres obispos.


Hic requiescant tres episcopi

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