jueves, 16 de diciembre de 2010

MÁS Y MÁS ARTE

Milán estaba fría y húmeda cuando la visité, un otoño norteño tan alejado de la típica postal mental que nos hacemos sobre Italia. Aún así persistían todas las constantes de arte, belleza y estilo. Sobre todo éste último, no descubro nada.

Visité la Pionacoteca di Brera un día oscuro y lluvioso. Esta institución, aún centro de enseñanza, fue reorganizada por Napoleón, que trajo a Milán (expolió, dirían otros) las principales muestras de arte del norte de Italia para que pudieran verlas los estudiantes. A Napoleón como a todos los franceses, le tienen por aquí gran aprecio. El emperador no es el invasor de la patria como en España, sino una especie de primo lejano (un Bonaparte, a fin de cuentas) transfigurado por la ilustración y el europeísmo. Los norteitalianos tienen al parecer gran interés (no sólo espiritual) en resaltar la filiación gala de sus orígenes, cultura o relaciones económicas.

Resulta curioso pasear entre los jóvenes que entran y salen de clase o van a la cafetería por pasillos podriamos decir con gran solera (históricos, desde hace décadas no se remozan) cubiertos de pasquines como suele suceder en los centros universitarios.

Allí me puse al día de una serie de pintores del entorno milanés. Anoto para dar cuenta de ellos los que más me gustaron:


Gian Battista Cima, autor de fino dibujo y composición clasicista que me recordó a Bellini.


Bellini
Francesco del Cossa, que tuve que fotografiar al bies pues como en todos los sitios está prohibido hacer fotos aunque luego todo el mundo las hace ante la indiferencia de los vigilantes (todos menos el que me vigilaba a mí). Son notables los fondos de paisajes y arquitecturas en miniatura, muy imaginativos, recreando una realidad clasicista que termina por ser casi onírica.
Francesco del Cossa



Bernardino Luini tiene una buena representación en Milán, pero éste fue el primer cuadro que le vi. Parece un fresco por su coloración más bien mate. Representa la cena de Pascua de los judíos antes de salir de Egipto y le hice la foto pues trata de la alimentación y son realmente escasas las veces en que los artisitas sacan a la gente comiendo, y no sentados a la mesa, que es lo que suele suceder. Además éstos tienen pinta de burgueses posando para el autor ante una mesa ciertamente realista.



Las obras de Vincenzo Foppa se reparten entre la Pinacoteca di Brera y el Castello Sforza. Es un pintor magnífico aunque algo retardatario para su época como se puede ver.



Tras la Pinacoteca y comer sobre la marcha y bajo la lluvia, visité el Castello Sforza, al que la escasa luz del día  y el tiempo desabrido proporcionaban un aspecto bastante hosco. Dentro, como ya se puede imaginar, más y más arte.
A la salida un descanso paisajístico: magníficos jardines alrededor del Castello - en realidad, por todo Milán, con este clima nada les cuesta mantener un tupido césped y frondosos árboles - destemplada estampa otoñal que requiere un contrapunto de té inglés en un lugar cálido y señorial. Arces teñidos ya entonces con toda la paleta tonal que va del amarillo intenso al rojo fulminante, gingkos de oro, paseos sinuosos sólo visitados a esas horas intempestivas (las 5 de la tarde-noche) por deportistas, mamás con bebés e inmigrantes descansando de su jornada de top manta.

¿Por qué valorar sólo a los "genios", a los que rompen moldes, o son originales e incomprendidos? Esta apreciación tan romántica del arte nos ha hecho despreciar o minusvalorar a otros muchos que aprendieron las "maneras" de los pioneros reproduciéndolas con enorme maestría. Se pueden rastrear desde luego, rasgos de éste o de aquel. Así lo hice durante bastante rato en estos museos, ésto es de Miguel Ángel (pocos siguieron por estas tierras al genial florentino) éste copia a Leonardo (muchos lo hicieron aquí, donde tantos años pasó al servicio de Ludovico Sforza), éste toma la delicadeza y el colorido de Rafael, aquí los rasgos de Bellini, allí las frutas y amorcillos de Mantegna... Al cabo dejé de hacerlo, para disfrutar sin prejuicios de lo que veía.


Cristo muerto. Mantegna


Rafael y sus arquitecturas utópicas
 ¿Lo mejor? Además de todo ésto la gran sorpresa del Cristo muerto en escorzo de Mantegna, los Desposorios de la Virgen de Rafael - casi me reconcilio con él por este cuadro, estamos en negociaciones - y la impresionante Pietá Rondanini de Miguel Ángel, que si ya me gustaba antes de leer la Sonrisa etrusca, después pasó a mi altarcito particular de Grandes Obras KTK (me niego a reproducirlo, es frase corriente entre los jóvenes). Además el "pack" venia con una extraña y bellísima "peana" que en realidad es una lápida funeraria romana, y al lado una máscara mortuoria que le hicieron al autor.

sábado, 4 de diciembre de 2010

LA NAVARRA EN EL MUSEO DE LOS CLAUSTROS

Tú eres navarra, le dije nada más verla. Ella callaba y al principio pensé que era porque estaba hecha de madera policromada. Me acerqué a comprobarlo: Virgen con Niño. Procedencia: Navarra, sin más detalles.
Ella suspiró un poco, sin despegar apenas sus labios, curvados en una sonrisa entre tranquila y melancólica.
- ¿Y qué haces en este museo? - le pregunté, algo apenada.
- Pues aquí me estoy, contestó.
El Niño me miraba con atención, mientras me bendecía.
- ¿Cómo has llegado hasta aquí?
- Me compraron hace ya muchos años. Un señor extranjero abrió la puerta de la iglesia donde vivía y me miró como hacía siglos que nadie me miraba. Los del pueblo, ya se sabe, yo era un elemento más del paisaje, me rezaban sin más y organizaban romerías en las que ellos iban a lo suyo, a mí me hacían poco caso. Pero luego el pueblo menguó, la gente se fue y me quedé sola, aislada y a oscuras. Casi me alegré de que llegara ese hombre. Me trataron con mucho cuidado, me bajaron del altar y me envolvieron en muchas cajas. Cuando llegué me limpiaron, me curaron la carcoma... todo muy bien.
Se removió en el asiento todo lo que le permitía su hieratismo.
- Aquí me aprecian, viene mucho público a verme - explicó -. Además estamos muchos como yo, ya te habrás dado cuenta. Estos americanos se han traído cuanto han podido o les han dejado...

Camello de San Baudelio de Berlanga

Portada de S.Vicente Mártir de Frías

Y me señaló sin moverse otras obras también llegadas desde nuestro país.

- Pienso que he tenido suerte, si llego a quedarme en las montañas no sé que habría sido de mi y de mi Hijo.

Pero lo dice con una enorme tristeza.

- Lo que más echo en falta es el olor de los prados en primavera. Las mujeres salían a segar, se arremangaban y cantaban canciones, yo las oía. A veces, de vuelta a su casa pasaban a verme un momento, arreboladas. Me decían: ya hemos recogido el heno. Luego se iban a festejar con los muchachos, o a hacer la cena a sus hijos.

Quise decirle: ahora las cosas son diferentes, te habríamos restaurado la iglesia y no se te habrían llevado tan fácilmente. Pero echo una mirada en derredor y me callo, avergonzada de que alguien haya podido permitir tanto expolio.

El Museo de los Claustros, ubicado en una falsa abadía entre románica y gótica, contiene una colección de arte medieval procedente sobre todo de España, Francia y Alemania. En el Metropolitan, museo del que depende, hay también una abundante muestra de arte hispano.


El Evangeliario de la Reina Felicia, procedente de Santa Cruz de la Serós me mira desde su urna de cristal. Ganas me dan de robarlo.
Una colección de imágenes del Museo de Renzo Diogini.

MUSEO MOMA EN NUEVA YORK

Estuvimos en el MOMA el primer día de visita, aprovechando que la entrada era gratuita por la tarde (16 a 20 h). La fila estaba ordenadísima y vigilada (se agradece) y aprovisionada por pastelitos nada saludables ni equilibrados de la tienda de al lado que estaba de promoción (nos los comimos todos, of course) lo que entretuvo la espera que fue más breve de lo que se temía.


El MOMA pasa por ser el Museo más moderno - eso significa su nombre - de Nueva York, y por ello, del mundo. A lo largo del siglo XX las vanguardias artísticas y los vanguardistas se mudaron de la vieja y destruida Europa - léase París o Londres - a EEUU, huyendo de la persecución de los fascismos o del stalinismo o buscando clientela más adinerada o culta, es decir, más dispuesta a acoger las nuevas tendencias artísticas surgidas tras la Segunda Guerra Mundial. De hecho en esas fechas EEUU (Nueva York más en concreto, con sus nuevos mecenas industriales o bancarios) se convierte en el nido de donde surgen estas vanguardias. Hasta entonces los grandes nombres del arte (pintura, escultura, música, quizás menos cine) tenían pasaporte europeo, ahora el relevo lo toman los propios estadounidenses. Se impone la cultura norteamericana, la que seguimos respirando y de la que quizás el icono más conocido sea cualquiera de los cuadros de Andy Warhol, que por cierto es un autor que no me entusiasma pero al que hay que reconocer su valía como pionero de nuevas tendencias artísticas.

En el MOMA mucha extrañeza ante ciertas obras y reconocimiento de otras más notorias. Como no pretendo hacer una lista o estudio del contenido del museo hablaré sólo de aquello que me gustó especialmente.

Y un primer comentario ¿por qué me gusta esto? Hay que admitir que no lo sé. Que podría dar razones explicativas basándome en los estudios de los especialistas, de si me agradan éstas o esas formas, colores o composiciones. De hecho recuerdo que después de acabada la carrera, me apunté a un curso del ICE sobre arte contemporáneo en el que comprobé que si la razón por la que me gustaba el dórico o Mondrian (ahora no tanto) era la misma. Así que no supe qué contestar a las insistentes peticiones de explicación ¿Por qué, por qué te gusta, qué le ves a esto, qué tiene esto que dices que te gusta, y no esto otro que no te gusta tanto? ¡Yo lo veo todo igual, o muy parecido¡

Y en fin, por qué no se hacen esas mismas preguntas en otros niveles: ¿Por qué te gusta ESTA persona, y no la otra? ¿Por qué el rock y no el vals? ¿Por qué fresa y no nata?

Así que un consejo: mirar, mirar mucho, dedicarle algo de tiempo, y esponjar la mente y los ojos. Y no todo es bueno, ni tiene que gustarte (sería raro ¿no?). Vale, el arte abstracto es dífícil, pero el barroco tampoco es tan sencillo y todo el mundo opina. (Sobre arte abstracto una reflexión de Paola L. Fraticola en la recopilación del libro "Movimientos en el Arte desde 1945" por Edward Lucie-Smith)

Para mí el gusto en el arte pasa por la emoción. Ésta puede tener una raiz más intelectual – que me guste aquello que se “cuenta”, o cómo se cuenta, o las propuestas ideológicas que porta la obra -. O puede ser de otro tipo, algo que suele ser de dificil expresión pues no se sustenta en palabras o hechos materialmente comprobables. A veces esta “llamada” es como un golpe, como una visión o revelación: es un flechazo. Entras en una sala y ahí está, no es posible más que la rendición: me gustas. Otras no es tan inmediata. El arte hay que contemplarlo y esto es difícil hoy en día, y sobre todo en exposiciones en las que una entra y sale con demasiada prisa y en ocasiones con poca predisposición, poca “permeabilidad”.

[¿Alguien habrá medido las ondas cerebrales de la gente que mira obras de arte?]



Noche estrellada de Van Gogh

Otras veces como es el caso del MOMA, una va ya a ver algo en concreto, o encuentra paseando por las salas viejos amigos a los que reconoce, un poco más grandes, o pequeños o brillantes o mates.... Es difícil saludarlos pues son tan famosos que están permanentemente rodeados de fans entusiásticos que quieren sobre todo hacerse una foto, o de seguratas o vallas que mantienen a la celebridad lejos de los achuchones. Y una le dice desde lejos: ¡Hola, ya te veo, estás estupendo, qué emoción verte por aquí¡ ¿Te acuerdas de mi? Me has hecho pasar ratos tan buenos...




Gitana dormida - Rousseau

De este modo, pasa como en los conciertos de ciertos artistas o grupos, en los que el público llega ya entregado pues conoce de memoria unas canciones que si se escucharan por prmera vez no causarían tal conmoción.
Ademas una descubre pequeñas o desconocidas maravillas, a veces totalmente ignoradas por el gran público (no es el caso del MOMA claro) y que además son de difícil recuerdo pues la industria gráfica de los ‘souvenirs’ sólo retrata a los grandes (y para peor, están prohibidas las fotos).

Así que últimamente llevo siempre una libreta a los museos (y una cámara, por si la orden de “No photo” es sólo teórica) y luego, bendita internet, me dedico a buscar el curriculum de estos –para mí - desconocidos. Esto da bastante trabajo pero multipica el placer de las visitas, casi siempre cortas para poder apreciar con tranquilidad todo lo que ofrecen los Museos o como se les llame ahora.

Aquí dejo algunas de mis obras o autores descubiertos o preferidos:

Franz Kline









Franz Kline, con esta pintura en rojo tan poco habitual. Me gustaron más sus composiciones en pocos colores. Me recordó mucho a Saura (o es Saura quien se inspira en él?) y a lás caligrafías chinas (o son ambos quienes se inspiran en ellas?)









Hedda Sterne me recordó de lejos las obras de Viola.


Este autor es uno  de esos que alguno pensaría que nos toma el pelo: sus cuadros aparentemente monocromos esconden unos matices no aptos para cualquier ojo, hay que mirar mucho y acercarse otrro tanto - menos mal que aquí se puede, los celadores no son tan celosos como en otros museos - para descubrir secretas vibraciones, tramas geométricas en variaciones de tono casi infinitesimales. Una buena aproximación en el blog "enseñ-arte".











Clifford Still  es uno  de mis preferidos. Aquí la extrañeza ¿de verdad que te gusta? SI¡¡ Me lo llevaría a casa si tuviera dinero y casa para ponerlo, vale, igual es un poco oscuro, vampírico, me decían. Por lo demás tambien me gustan los vampiros...


Y por supuesto mi admirado Rothko, cuyos cuadros parecen ir con banda sonora de algún músico muy contemporáneo, de esos que hacen "ruidos" o más bien sonidos vibrantes no aptos para todos los estómagos.


 
Katt Kollwitz, una artista expresionista con una serie de grabados de la mejor tradición expresionista alemana sobre la guerra, me recordó por  su tratamiento al de Goya en sus Desastres




No podía faltar Boccioni, que aunque menos "moderno" es también uno de mis preferidos. Sobre su obra este enlace del CPR de Calahorra (cuánto trabajan algunos compañeros¡):



Formas unicas de continuidad en el espacio


Una frase muy ilustrativa sobre el autor y su obra: A comienzos del siglo XX fue como si la velocidad y la fuerza inéditas de la maquinaria engendraran una energía social radical.
Un descubrimiento: su faceta como pintor: Dinamismo de un jugador de fútbol.

De estos años fecundos: uno de tantos "ismos": el rayonismo de Natalia Goncharova


Escribo mientras escucho una Sonata en A menor “obsession” de Ysaÿe, 6 sonatas para violín solo,op. 27 interpretadas por Ara Malikian. Reconozco una revisión el Dies Irae, Dies illae, una pieza muy adecuada para terminar con esta autora. El músivco me parecía un japonés de última generación y resulta que es francés, y no tan moderno (entre el XIX y el XX). Decididamente, no sé dónde nos hemos dejado la creatividad en las últimas décadas...