martes, 7 de septiembre de 2010

FUENTES DE ROMA







Los turistas deambulan por las calles de Roma un poco como debían ir los bárbaros que llegaron de otras latitudes, entre fascinados y agotados, agostados por el calor y el cansancio físico y emocional. Paseamos como si fuéramos miembros de una tribu de extraños rituales que incluyeran la ingestión de alguna droga de cierto calibre, así nos reconocemos en el paso a ratos rápido, a ratos desconcertado, con una mirada entre perdida y absorta. 



Pero pronto comprobamos que cada cierta distancia, Roma nos regala con una fuente. Humilde o espectacular, de todas ellas mana un agua deliciosa y fresquísima. En las más conocidas o artísticas es posible que ni siguiera podamos acercarnos pues una cadena nos lo impide pero en la mayoría al menos podemos mojarnos las manos, los brazos, el rostro.
En alguna muy famosa los carabinieri – habitualmente muy permisivos – impiden que algún forano se sienta Anita Ekberg. En otras como la Barcaccia, diseñada por el padre de Gianlorenzo Bernini, hacemos cola para poder aprovisionarnos y refrescarnos. Todos nos volvemos niños entre el gentío multicolor y sudoroso, el agua prorciona una comunicación en la que sobran palabras que expresen este gozo simple y universal.



Dicen que Roma se fundó sobre siete colinas. Entre el Capitolino, el Palatino y el Celio se organizó el merdado común – luego Foro Boario o del ganado, en parte fuera de las murallas primitivas – que será germen de la futura civitas. ¿Vías y ejercitos serán los forjadores de esta nueva civilización? Yo he percibido la auténtica verdad: Roma nace en torno al agua A la de sus acueductos y sus fuentes. Sin ellos no es posible la supervivencia. Con ellos Roma florece, crece su población, atrae a latinos y extranjeros, los domestica y civiliza. Les enseña las bondades de las termas y la maravilla de un agua literalmente corriente.


La prueba es que mientras Roma fue poderosa, los acueductos se multiplican. Los primeros construidos portan nombres legendarios: Aqua Appia, Anius Vetus (el viejo) Aqua Marcia. El de Aqua Appia fue construido por Apio Claudio –constructor de la famosa Via - y su compañero cónsul Cayo Plaucio Venox (que fue quien al parecer descubrió los manantiales originarios). Anius Vetus y Aqua Marcia tomaban su caudal del valle del Anieno; los tres entraban en Roma por el sureste, en el lugar llamado ad spem veterem junto a la Porta Maggiore, por el que accederán a la ciudad también las Aquae Tepula, Iulia y Claudia.

Situación de los acueductos de Roma (Flechas). Casi todos entran por la actual Porta Maggiore (abajo derecha), salvo el Aqua  Virgo (norte, Porta Pinciana) y el Aqua Traiana y Alsietina (al oeste, Trastevere)


Para ver los acueductos de Roma y su localización:

Plano de los acueductos http://antiquitates.wordpress.com/

La mejor página es la de K. Wentworth Rinne 
Hay que poner la época (eje temporal abajo) en el mapa de arriba la parte de Roma que se quiere ver, se mueve también con el cursor. Y luego elegir de las tipologías que se pueden elegir a la izquierda, se clica sobre ellas y aparecen en el mapa. Cada una de ellas tiene un texto que se abre al poner el cursor encima y clicar.

El de Aqua Iulia fue construido por Agripa, lo mismo que el Aqua Virgo, que toma su nombre de la muchacha que mostró el manantial a los soldados que lo estaban buscando. Entraba a Roma por el norte (Pincio) y llevaba el agua a las termas de Agripa. A partir de él los acueductos llevarán el nombre de los emperadores que planifiquen tan costosas infraestructuras: el Aqua Claudia, uno de los más importantes, será un proyecto de Calígula que culminó su sucesor. 

Porta Maggiore
La puerta de entrada a la ciudad se monumentalizó  integrando los arcos del acueducto y la confluencia de las vias Labicana y Prenestina, formando parte posteriormente de la Muralla aureliana, que tendrá la doble función de defensa y toma de aguas.


 De todos los acueductos se desviarán ramales para las principales infraestructuras urbanas: Nerón prolongará éste hacia su Ninfeo y Domiciano trazará una ambiciosa derivación hasta el Palatino.
Para abastecer el Trastevere se construirán el Aqua Alsietina –al parecer su agua no era potable y sólo servía para abastecer la naumaquia de Trajano – y el Aqua Traiana.
  Tor Fiscale  

La historia de este acueducto puede darnos la clave para entender la verdadera decadencia de Roma. En el año 537 las tropas del rey godo Vitiges acampan en las inmediaciones de la ciudad (en la hoy llamada Tor Fiscale) y para forzar a los sitiados a rendirse lo destruyen; será reconstruido por el general Belisario. ¿No es todo un símbolo? Roma sin acueductos sucumbe, siendo rescatada por el vecino Imperio Bizantino
Parque de los acueductos Tor Fiscale
Así entra Roma en la Edad Media: barrio que se queda sin agua, zona que se despuebla irremediablemente. La ciudad se disgrega en “cantones”controlados por poderosas familias feudales que, imitando a los antiguos emperadores, traen el agua hasta sus distritos. Como la familia Mattei, establecida cerca del Ghetto, que construirá a sus expensas en su plaza la Fuente de las Tortugas (1591).
Fuente de las Tortugas









Fuente Sta. Maria in Trastevere


También los Papas tendrán un papel trascendental. Como miembros de las más ilustres familias romanas o como autenticos pontifices (constructores de ¿puentes o acueductos?) serán los auténticos renovadores de Roma. Ya en el siglo VIII Adriano I restaura el Aqua Traiana. Algunos piensan que con sus aguas se abastecía la fuente más antigua de Roma: la de la plaza de Santa María in Trastevere (antes conocida como de Santa María in fontibus), mencionada por primera vez en un documento de 1471. Bramante, que andaba por el barrio trabajando en San Pietro in Montorio, debió diseñar al menos una parte de la actual fuente. Años después Alejandro VII (de la familia Chigi) encargará su restauración a Bernini.

Los Papas encargarán como vemos a los más insignes arquitectos y escultores el diseño de unas fuentes que servirán para organizar urbanísticamente el espacio ciudadano, dotarlo de agua corriente y – cómo no – ensalzar las excelencias del encargante.
http://wiki.ead.pucv.cl/index.php/URBANISMO_EN
Plan urbanístico de Sixto V


Giacomo della Porta, uno de los primeros artistas renacentistas en realizar estos proyectos, será probablemente el constructor más prolífico, pues a él le debemos la Fuente de las Tortugas, la de la Plaza Nicosia o la Fuente de la “Terrina”, que servía al popular Campo dei Fiori con aguas del Acqua Vergine (el Aqua Virgo de Agripa) y que años después abastecerá a la archifamosa Fontana de Trevi, construida bajo el pontificado de Clemente X y diseñada por Nicola Salvi.

Fontana di Trevi




Sixto V, verdadero proyectista de la nueva Roma papal junto con el arquitecto Domenico Fontana.
Encargó a éste un nuevo acueducto, que reutilizaba las aguas del Aqua Alexandrina (construido por Septimio Severo): llevará por nombre Acqua Felice.

Pocos años más tarde Paolo V reconstruirá el Aqua Traiana, qe servía desde la antigüedad la zona del Trastevere. A partir de ahora pasará a llamarse Acqua Paola. Con ellas pensaba dar potencia a las fuentes de San Pedro Vaticano. Sus artífices – Giovanni Fontana y Carlo Maderno – serán incapaces de conseguir el agua suplementaria de unos manantiales que estaban en poder del duque de Orsini, por lo que tuvieron que derivarla del lago Bracciano, de calidad bastante inferior. De ahí que los romanos digan hoy en dia de algo que no tiene buena calidad que es tan buena como el agua Paola.

Recientemente unos cineastas han encontrado la fuente originaria de donde tomaba las aguas el acueducto de Aqua Traiana (Blog de Ana Vázquez)  

Aunque hoy pervive bajo un granja de cerdos, formo parte de un templo dedicado a las divinidades de las aguas y los manantiales.  









La iglesia de San Clemente, medieval, del siglo XI/XII, guarda bajo sus actuales muros la basilica paleocristiana, datable en los siglos IV/V, momento en que se adquirieron para su ampliacion varias casas anexas, hoy excavadas. Quedan debajo los restos de la casa del consul Tito Flavio Clemente, que acogió la primera iglesia. Compartía espacio con un templo dedicado al dios Mitra. Debajo de todo este complejo hay una surgencia de agua. Alli arrojé, en honor a la celta Epona y a las ninfas, la moneda que no habia echado en la Fontana de Trevi.  








Mitheum y fuente: http://www.youtube.com/watch?v=Asu7kGxqybA

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