martes, 25 de enero de 2011

LEÑADORES EXTREMOS (LAS CHEBLAS EN EL FRAGO)


Pues sí, algo de eso hubo ayer, lunes, en que me fui con unos amigos a pesar de la temperatura exterior (-4ºC) al despoblado de Las Cheblas o Las Cheulas, cerca de El Frago (Arba de Biel), lugar al que hace años quería ir pero no sabía cómo. Mis amigos - Pilar y Alejandro - me llamaron el día de antes, pensando que me iba a "arrugar". Ja, ja, no saben con quién tratan, por un despoblado así me voy hasta con un esguince en el pie (....).

La mañana estaba fría y el campo helado y crujiente bajo nuestras botas. Tuvimos que cruzar el río (breve) y luego descubrimos que había una pista estupenda desde El Frago, abierta hace unos años y de la que se daba cuenta en algún lugar de la red.... Pero la aventura es así.


Vista del valle desde Las Cheblas
 Tras recorrer lo que sin duda eran los restos del poblado, sobre un alto dominando el valle - recuerda extraordinariamente a Hispaniés - nos dedicamos a quitar maleza del interior de la iglesia, que quedó mucho más despejada. Los retoños de encina, un tropel, se agarraban tozudamente a las piedras del derruido ábside. Tras limpiar la zona pudimos ver cómo existían varios escalones en la pared de éste, seguramente parte de las molduras con que se adornaba aunque es difícil  de afirmar porque la bóveda de horno se ha derrumbado y sus piedras están enronadas en el suelo alzándolo unos 2 metros por encima del original (ver abajo).


Tozal sobre elue se asienta Las Cheblas


Las Cheblas es uno de estos lugares plagados de misterio, arrumbados por el tiempo, la desidia, la rapiña y cubiertos por la vegetación. Poblado altomedieval de no se sabe qué época (primera y última mención en docmentación que yo sepa: ca. 1116) es probable que se habitara en el siglo XI por gentes que bajaran desde Biel, al amparo del avance conquistador de la monarquía aragonesa, bien establecida en esta localidad donde tenían un palacio.






La zona no debía ser muy segura hasta la conquista de Luna en 1092, ya que la zona se describe en el documento de 1116 como llena de "lobos, fieras y malos hombres". El far west de la Edad Media, vamos (con la tremenda diferencia que media entre un indio de las llanurras y un civilizado musulmán de Al-Andalus, mucho más "correoso" a la hora de ser derrotado).



Interior ya "limpio"

Bueno pues por allí y por esas fechas encontramos a Giraldo, monje francés, que pide al rey Alfonso I (¿habría venido con él o con las tropas francesas que le acompañaban?) que le ceda un lugar por entonces despoblado en el que su padre Sancho Ramírez tenía un "palacio" (esto puede ser una explotación agraria). El lugar se llamaba El Frago (boscoso), mal asunto para el francés. Pobrecico, menudas noches pasaria oyendo aullar a os lobos y a la fauna humana que por allí se pasearía. No oo pudo resistir y escapó a Biel, donde muy "amablemente" le acogieron y le remitieron a su lugar de la douce France a cambio de que les cediera sus derechos sobre El Frago. Los monjes de Biel repoblaron el lugar. En el documento se cita una comunidad de vecinos en Las Cheblas, lo que indica que ya estaba habitado.



Y salvo lo que podemos deducir de su magnífica iglesia, nada o poco más se sabe (como siempre remito a la estupenda página del amigo Antonio García Omedes). Parece mentira que un pueblito así tenga un templo tan maravilloso. García Omedes lo pone en relación con la iglesia de San Miguel de El Frago (con la que comparte la forma de un capitel) y con el interior de San Gil de Luna o el Palacio de Doña Petronila en Huesca, por la elegante forma en que se organiza su espacio interior a base de arquerías. Dataría pues de finales del s. XII o comienzos del XIII.

Sobre Las Cheblas Mª Jesús Berraondo escribió un artículo en la Revista Suessetania, nº 10.





Capiteles de inspiración cisterciense

Muro norte

      La iglesia que está hoy en medio de un fragoroso monte con encinas, coscojas, romeros, pinos y toda una representación de vegetación mediterránea, sufrió la expoliación de sus muros a parecer en el momento en que se construyó una fábrica de harina en sus cercanías, para lo cual se usaron sin respeto los sillares bien tallados de este edificio. Por ello le falta todo el muro sur. Por cierto que sus sillares no son muy parejos lo que me extraña, dadas sus fechas. ¿Se reutilizaría algun edificio anterior, puestos a desvaríar, musulmán? Los sillares alternan soga y tizón como suelen stas construcciones. Y quizás eso explicaría su ubicación sobre un tozal natural, vigilando el valle del Arba de Biel, y su extraña toponimia ¿AlCheblas=Al quiblas? Es mucho suponer, lo sé, pero sería una interpretación de apasionantes consecuencias.




Interior, arranque de bóveda

  

Molduras escalonadas del ábside



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