Ella suspiró un poco, sin despegar apenas sus labios, curvados en una sonrisa entre tranquila y melancólica.
- ¿Y qué haces en este museo? - le pregunté, algo apenada.
- Pues aquí me estoy, contestó.
El Niño me miraba con atención, mientras me bendecía.
- ¿Cómo has llegado hasta aquí?
- Me compraron hace ya muchos años. Un señor extranjero abrió la puerta de la iglesia donde vivía y me miró como hacía siglos que nadie me miraba. Los del pueblo, ya se sabe, yo era un elemento más del paisaje, me rezaban sin más y organizaban romerías en las que ellos iban a lo suyo, a mí me hacían poco caso. Pero luego el pueblo menguó, la gente se fue y me quedé sola, aislada y a oscuras. Casi me alegré de que llegara ese hombre. Me trataron con mucho cuidado, me bajaron del altar y me envolvieron en muchas cajas. Cuando llegué me limpiaron, me curaron la carcoma... todo muy bien.
Se removió en el asiento todo lo que le permitía su hieratismo.
- Aquí me aprecian, viene mucho público a verme - explicó -. Además estamos muchos como yo, ya te habrás dado cuenta. Estos americanos se han traído cuanto han podido o les han dejado...
Camello de San Baudelio de Berlanga |
Portada de S.Vicente Mártir de Frías |
Y me señaló sin moverse otras obras también llegadas desde nuestro país.
- Pienso que he tenido suerte, si llego a quedarme en las montañas no sé que habría sido de mi y de mi Hijo.
Pero lo dice con una enorme tristeza.
- Lo que más echo en falta es el olor de los prados en primavera. Las mujeres salían a segar, se arremangaban y cantaban canciones, yo las oía. A veces, de vuelta a su casa pasaban a verme un momento, arreboladas. Me decían: ya hemos recogido el heno. Luego se iban a festejar con los muchachos, o a hacer la cena a sus hijos.
Quise decirle: ahora las cosas son diferentes, te habríamos restaurado la iglesia y no se te habrían llevado tan fácilmente. Pero echo una mirada en derredor y me callo, avergonzada de que alguien haya podido permitir tanto expolio.
El Museo de los Claustros, ubicado en una falsa abadía entre románica y gótica, contiene una colección de arte medieval procedente sobre todo de España, Francia y Alemania. En el Metropolitan, museo del que depende, hay también una abundante muestra de arte hispano.
Una colección de imágenes del Museo de Renzo Diogini.
No hay comentarios:
Publicar un comentario